El estuco al fuego es un revestimiento ornamental y protector, muy utilizado en los interiores de edificios singulares y palacetes desde hace varios siglos. Su proceso de realización es parecido a la pintura al fresco, a diferencia de que una vez que hemos aplicado las diferentes capas de estuco magro y graso y tenemos perfectamente enlucida la pared, se pintan con diferente tinta. En lugar de aplicar los pigmentos directamente con agua como seria en la pintura al fresco, continuamos con unas las tintas que preparamos con jabón diluido, cal, y tierras naturales resistentes a los alcalis. Una vez coloreados los dibujos o motivos ornamentales, y debidamente oreados procedemos al planchado con hierro caliente. El bruñido que se realiza con los hierros calientes nos permite injectar y vitrificar la tinta en la superficie de cal, quedando totalmente pulida como si fuera mármol. Al cabo de unos dias comienza un proceso gradual de endurecimiento durante muchos años hasta adquirir la dureza de la piedra caliza.